FIDEL RUBI
Vivimos en una era en la que la tecnología avanza a una velocidad sin precedentes. En particular, la inteligencia artificial (IA) se ha convertido en el eje central de la transformación digital, cambiando la manera en que producimos, vendemos, interactuamos y tomamos decisiones. Para las empresas, esto representa una bifurcación clara: quienes adopten la IA y apuesten por la innovación podrán escalar, competir y liderar; quienes no lo hagan, simplemente desaparecerán.
La historia reciente está llena de ejemplos de compañías que se negaron a adaptarse a tiempo y fueron superadas por nuevas tecnologías y modelos de negocio más ágiles. Blockbuster es quizá uno de los casos más emblemáticos. En su momento, dominó el mercado de renta de películas a nivel mundial, pero subestimó el potencial de la transmisión digital y rechazó la oportunidad de comprar Netflix cuando aún era una pequeña empresa. Hoy, Blockbuster es un recuerdo nostálgico, mientras que Netflix lidera el entretenimiento global, apalancado por algoritmos de IA que personalizan la experiencia de cada usuario.
Otro caso contundente es el de Kodak. A pesar de haber inventado la cámara digital, la empresa se aferró a su modelo basado en la venta de rollos fotográficos. No supo leer a tiempo los cambios en el comportamiento del consumidor ni aprovechar las tecnologías que ella misma había creado. El resultado fue una caída estrepitosa y una bancarrota inevitable. Mientras tanto, gigantes como Apple y Samsung incorporaron tecnologías inteligentes a sus dispositivos y transformaron por completo la manera en que las personas capturan, almacenan y comparten imágenes.
Hoy, la inteligencia artificial está creando una disrupción similar. Automatiza tareas repetitivas, permite análisis predictivos en tiempo real, mejora la atención al cliente con bots conversacionales, personaliza ofertas con precisión quirúrgica y acelera la innovación en productos y servicios. Empresas que han sabido adoptarla como parte de su ADN están marcando la pauta. Amazon, por ejemplo, utiliza IA en cada rincón de su operación: desde la gestión de su inventario hasta la recomendación de productos y la logística de entregas. Esto no solo le permite ser más eficiente, sino también anticiparse a las necesidades del mercado con una capacidad asombrosa.
En contraste, muchas pequeñas y medianas empresas siguen operando con modelos anclados en el siglo pasado. Postergan su transformación digital, subestiman el valor de los datos, y ven la IA como una amenaza o una moda lejana. Lo cierto es que esperar ya no es una opción. La IA no es el futuro: es el presente. Y no se trata de reemplazar a las personas, sino de potenciarlas. La inteligencia artificial bien aplicada libera tiempo, reduce errores, disminuye costos y abre nuevas oportunidades de negocio.
La realidad es clara: innovar no es solo cuestión de tecnología, es una cuestión de supervivencia. Así como una empresa que no contaba con teléfono o correo electrónico en los años noventa quedaba fuera del juego, hoy una que no cuente con soluciones inteligentes para automatizar, analizar y tomar decisiones quedará rezagada en cuestión de meses. La velocidad del cambio es tal, que incluso grandes corporativos están reinventando sus modelos a contrarreloj para no quedarse fuera de la ola.
Pero innovar no significa hacer todo desde cero. Significa atreverse a revisar lo que ya se hace, identificar áreas de oportunidad y abrirse a nuevas herramientas. Significa formar equipos con mentalidad digital, invertir en talento tecnológico, experimentar, equivocarse y aprender rápido. Es entender que la transformación no es un proyecto con fecha de fin, sino un proceso constante de adaptación.
En conclusión, la pregunta ya no es si debemos adoptar inteligencia artificial, sino cuánto tiempo más podemos permitirnos no hacerlo. La historia nos ha demostrado que quienes se resisten al cambio, desaparecen. Hoy, más que nunca, innovar es sinónimo de sobrevivir. Y quienes entiendan esto a tiempo no solo evitarán caer en la irrelevancia, sino que tendrán la oportunidad de liderar la nueva economía digital.